polución diurna
Mi prima tiene 8 años y las cosas muy claras. Dice que quiere estar siempre sentada, así que ha decidido ser artista. Es la revelación del 2007 y autora de este desolador cuento:
“EL SOL Y LA LUNA”
“Había una vez una luna que se llamaba Marta y un sol que se llamaba Iker y eran muy amigos.
-Que guapo
-Que guapa”
“Pero un día sucedió una desgracia, el sol tuvo que calentar la tierra y dejó a la luna sola.
-ay, que pena.”
*No es casualidad este cuento de hoy. Ayer un dicharachero yonqui festivo (ex-compañero de clase, ex-cazador cazado, ex-enamorado de una loca, ex-triunfador, ex- matón de clase) me balbuceó “hay que hacer las cosas como si quisieras acariciar el sol.”
**Moraleja del cuento: hay tener cuidado con los “había una vez”, siempre puede haber otro planeta cercano que requiera ser calentado… supongo.
Que se le va a hacer, acaso quien tiene exclusividad? Asi es la vida…
Maria González
2 septiembre 2008 at 8:26 am