profecías
El 23 de abril de 2007 escribí esto:
“Yo sabía que no era una buena idea, que jamás debía haber vuelto, pero ¿qué podía hacer? Era un huérfano oficial. Era el desgraciado más popular del pueblo, y lo sería durante semanas. Mi papel nunca fue ese… el victimismo me parece el mejor síntoma de la degradación personal, pero aún con esas, la atracción por un nuevo cambio era demasiado fuerte. Un cambio traquilo que supondría retomar el camino recto y estrecho, después de tanto desvío. Así me lo dijo Cailo, un amigo de mi padre al que había olvidado por completo.”
Maravilloso subconsciente.
En realidad, las fechas se me desencajan un poco.
La vuelta tiene pinchos?
Casiopeia
22 diciembre 2007 at 2:33 am
Aquí los pinchos se mastican! Todo bien, solo revisando viejos escritos.
Escríbeme con tus últimos días por parís y madrid, anda, que me dejaste intrigado.
Te yasabes.
extactico
22 diciembre 2007 at 11:04 am